02.

Sale, sale corriendo.
¡Bum!, ¡Bum!...
Sale, sale corriendo.
¡Bam!, ¡Bam!
Sale corriendo y es atrapado por alguien. Alguien que lo amarra por el cuello y no le deja ver claramente el horizonte. Ya esta. Ya ha sido agarrado. Ya no tiene a donde huir.
El otro, empapado de húmeda sensación de estallido físico, aletargado sujeta a la humillada presa que lucha por escapar aunque sabe que es inútil.
Ensombrecido por el poder, hecho mas mortífero y mas mortal que el peor de los deseos, el, que es bueno, que ha sido niño, y que sobre el han descargado el bien del cariño, se veía poseído por la furia y por la sed del vino que transforma a la maquina en bestia. Es maravilloso controlar el sino de otro hombre, brusca excitación corruptora de lo que un día fue bondad-¡Húndelo, húndelo en el pecho, húndelo y que no pretenda respirar otra vez, hundelo, que su madre debe llorar, que su recuerdo debe morir, que su respeto debe florecer!
Debe florecer. Debe florecer la fruta madura de la ira, la fruta que nace con la semilla del maltrato, abonada con la ciega confianza. Debo hacerla florecer.
Solloza, solloza, solloza, mares se condensan en sus ojos, que ya solo pueden verse humillados.
-¡Llora!, ¡Llora maldito, que solo eso mereces, tu que me has negado el ser quien quería ser; Tu que me has invitado con tu desconocimiento a herirte, llora pues a mi me gusta verte llorar!
No quiere verse desolado, no quiere verse abandonar su cuerpo pero no puede evitarlo. Se ve abandonar su cuerpo, se ve abandonar su cuerpo, ¡Se ve abandonar su cuerpo!.
Golpes, patadas y tapujos lo alejan de la humanidad y lo destierran allí donde solo se encuentran las bestias. Y solo puede llorar y temer por todo aquello que lo convierte en niño. Pues de nosotros, es a nuestro niño a quien amamos, al pequeño envase que guarda solo felicidad y al cual ninguna mancha oscura ensombrece, por que no se atreve, por que solo los desgraciados se atreven a ser manchados ahí. Y ahora están arrojando el cristal al suelo.
-¡Córtale, córtale con el frió, córtale para que no vuelva a sentir el calor, para que se apague, por no ser como tu quieres¡
Vertiendo el alcohol de la inconsciencia en las manos, vertiendo el calor en el cristal claro, tiñendo el papel de negro se abandona de ser niño y se convierte el bestia iracunda.
Haciendo caso de las garzas, de aquellas bestias que todos conocemos y que solo traen la perdicion arrebató el regalo del valor de su propio pecho y lo tiñó de rojo oscuro.
-¡Tíñete, tíñete de su caluroso rojo oscuro y bébete su valor, haz mas poderoso el tuyo!
Y uno vio su claro cristal roto, y otro se vio teñido de valeroso rojo oscuro, y ambos lloraron por ser menos hombres y mas niños.