01.

Alargó la mano por debajo de la mesa y agarro lo que correspondía, ¿Acaso pensaba amarla con cosas como esa? ¿Lo merecía? ¿Era demasiado o demasiado poco?.
Decidió dejarlo por el momento y que las flores volviesen a donde las correspondía, a estar de pie, firmes y con todos sus pétalos, sin un rasguño de mas, sin mas escarcha de la que correspondía sobre su color.
Dejo que el lobo volviese a donde el correspondía, dentro de la oscuridad, (¿De la embriaguez?) dentro de los inmundos vapores que envolvían a la bestia depredadora, allí donde las flores no pueden sobrevivir, donde la tierra ha sido rociada con sal y cenizas de corazón.
Y entonces el mundo se hizo mas pequeño y todo volvió a ser un poco mas sensato. la autopista de sus pulmones ya no estaba abarrotada, ya no había presión, solo había tensión desgarradora, la tensión con la que la violencia fumiga la vida cuando cae rasante sobre las conciencias, como un águila a la que le gusta cazar, pero que sabe que le arrebata con sus garras la vida a una tierna cría que aun no sabe vivir.
Salio de la habitación y pensó en volver a amar, pero ya no era necesario por que el no quería amar, pero no era necesario por que el ya no necesitaba sentirse amado, pero ya no era necesario por que el ya no quería sentir que amaba, pero ya no era necesario por que el ya no se sentía merecedor de amar, pero no era necesario por que el lobo ya no le dejaría amar.
-¿Me quieres aún?
-Aun te amo
Le quiere y el lobo no quiere sentirse amado. La cría quiere al águila que la mata.
El águila viaja rasante sobre un campo ya cultivado con lirios y cipreses, con sudor, esfuerzo y dedicación. Viéndose como una gran grieta en el camino que no deja fluir las caravanas de bienes hermosos, tan hermosos, tan hermosos como el cariño.
Como la hoz que siega el tallo, como la mano que golpea firme la tierra al maldecir. La mano que se utiliza para plantar se utiliza para arrancar el tallo mas poderoso, eso lo sabe el, dios, el guerrero y el amante. ¿Que mano escoger?
Como un grito que se superpone al poema que de verdad se quiere decir, como el cuchillo que aplaca al llanto en un pecho ajeno. El vientre. El vientre que aloja mas protección que el mas poderoso de los ejércitos con solo el tacto suave y rasante de la caricia. ¿Esta el guerrero apuñalando el vientre?
Soy fuerte, he renunciado a el amor. Soy fuerte, he renunciado al amor para agarrar el puñal, decido clavar el colmillo, decido no ser amado, decido no ser vulnerado, ahí, ahí dentro.
Decide el lobo armarse de valor y a abandonar su cueva, oasis de protección. ¿Decide el guerrero envainar una flor?.
Ramos y ramos y ramos que llueven sobre su conciencia, las flores son hermosas, pero esta vez son negras y se deshacen al tocar su armadura. Por que la flor ya no es hermosa al amar al fuego. Las cenizas. Los lirios. Los cipreses. Los cipreses que son símbolo de muerte y olvido, altos y robustos como la sombra del desfallecimiento, es lo único que se recogerá en esta pradera, no se recogerán frutos, solo raíces de algo que no es hermoso.
-¿Me amas aún?
-Aún te quiero.