Vuele la garza sobre la
haya,
sobre cualquier sueño que
la retenga.
Vuele la garza sobre la
haya,
no haya ningún sueño que
la retenga.
Que la juventud escape de
la garra
como agua entre los dedos
furiosos que la oprimen.
Que los jóvenes jueguen
fugaces,
sean sangre que baile
entre fauces.
Que no exista página de
vida baldía,
no existan minutos ni
horas en nuestros días.
Que no te escapes,
apresurada.
Quédate aquí en mi
pecho, quédate atrapada,
como una llama que quema
esperanzada.
Que no quede solo el
recuerdo de lo que fuimos,
que no mueran mas
instantes
Entonando cantos ya
olvidados
hombres pretenden vivir ya
cansados.
Apretando en su puño,
desgajándolos con sus
brazos,
retazos de vida ya
pasados.
Quédate, quédate conmigo,
no te lleven los vientos,
no me abandone la música
de lo que seremos.
Quédate aquí en mi
pecho, quédate atrapada.
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